La segunda oportunidad

viernes, 26 de diciembre de 2008

Con un punto cínico


¡Enhorabuena!. Si estás leyendo estas líneas es que has conseguido sobrevivir a la primera mitad de los festejos navideños. Lograr semejante hazaña no es tarea fácil ni mucho menos. Puedes sentirte orgulloso, u orgullosa, de haber llegado hasta aquí con la cabeza medianamente lúcida y el cuerpo capaz de encender el ordenador.

Superar la intensísima ruptura de ritmos, sortear el continuo bombardeo de felicidad corteinglesera, realizar compras compulsivas, buscar regalos ya casi obligatorios, digerir estóicamente el repetido empacho gastronómico y familiar y soportar pacientemente la casi siempre horrorosa ornamentación navideña a la vez que intentamos mantener unos mínimos de cordura física y mental es una tarea que raya la epopeya.

Estoy un poco cínico, es cierto, pero -y serán cosas de la edad- cada año lo llevo peor. Si no fuera por algún café de media mañana en buena compañía sería insoportable.

De todas formas y sin que sirva de precedente, os deseo a tod@s 365 días de deseos cumplidos o en perspectiva de hacerlo. Y muchas ilusiones que es lo que de verdad nos da vidilla.


jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Por qué no viene Herodes?


No lo puedo remediar, hay cosas que me superan

Aznar: "Nunca me he arrepentido de mandar las tropas a Irak"


Todo en 20minutos


PS: El post anterior es más interesante, no dejes de leerlo, éste es solo un desahogo.



Memefeliz


Mi querida Thalata me ofrecía el otro día que me adjudicara el Memefeliz. El Memefeliz es una de esas cadenas que recorren de forma exponencial la blogosfera encuestando a los blogueros y blogueras que estén dispuestos a responder a las cuestiones que el meme plantea. En este caso, como se puede deducir de su nombre, se trata de escribir seis cosas sin importancia que nos hagan felices.

Apesar y yo entendemos (o intuímos) la felicidad como un estado de enajenación, puntual y pasajero, que se manifiesta con mayor o menor intensidad y que, mientras permanece, te produce la ilusión de que el resto de las cosas sobran.

Pues eso, que en estos tiempos fríos y extraños, de largas colas en las oficinas del INEM y en los establecimientos de venta de loterías y apuestas del estado, de miedos e incertidumbres, de récord de detección de chorizos de guante blanco y de políticos mongolos, lo que Apesar y a mí nos gustaría sería acurrucarnos entre los dulces pliegues de un cuerpo suave y cálido, tranquilos, seguros, sin exterior y esperar despacio que el momento de felicidad se materialice. Cosas sin importancia.

Si a algún lector o lectora le apetece seguir la cadena ...



viernes, 12 de diciembre de 2008

Imágenes invasoras


Desde hace unos días se sentía inquieto, bastante más nervioso que de costumbre. Había notado una preocupante falta de concentración, últimamente sus pensamientos se disparaban sin apenas control y las imágenes aparecían en su cabeza sin intención de desaparecer. Esas imágenes le perseguían a donde fuera, su mirada hipnotizada y anclada en un ángulo de 45 grados le impedía controlar la situación del resto de traseuntes, farolas, bancos y papeleras, provocando situaciones embarazosas cuando no peligrosas. Caminaba como un zombi, sin apenas voluntad, y, mucho menos, rumbo fijado. Las imágenes andantes marcaban sus pasos y su destino, no podía evitarlo, le atraían como un imán, las perseguía ya instintivamente, sin capacidad para fijarse en nada más. Se habían apoderado de su voluntad.

Esa nueva moda iba a acabar con él pero ya no le importaba.

Fuente: Unchindeto



martes, 9 de diciembre de 2008

Cosas mías


Son las diez y media, en la tele echan CQC, no le estoy haciendo demasiado caso, prefiero la compañía del portátil en el que ahora estoy escribiendo perezosamente tirado en el sofá. Hoy por fin ha salido el sol y ha dejado de llover. En estos días apenas he salido de casa, aunque, la verdad, el viernes ya salí por estos tres días. Si resumo estos días no hay mucho que decir, he leído, he visto una peli, he chateado, he visto la tele, he cocinado, he sesteado, he ordenado fotos y poco más. Unos días muy míos.

En Grecia la cosa está que arde, es curioso que en estas sociedades tan regladas, tan legalistas, tan controladas y tan civilizadas una chispa pueda poner todo patas arriba, han asesinado a un chaval, han detenido a su asesino, pero da la sensación de que eso es lo de menos, es solo la excusa para que una fuerza oculta y reprimida estalle con especial rabia de venganza.

Esta mañana un animal borracho ha intentado arrojar desde el balcón a la mujer con la que vivía. Ha sucedido en Sevilla, a pocos kilómetros de donde vivo yo. Le han detenido poco después en un bar. Todo demasiado estúpido.

Pasan cosas, muchas cosas, pero estos días no he tenido ganas de salir, quería permanecer en casa, me apetecía ejercitar la pereza y nada me atraía con fuerza suficiente en el exterior.

Bueno, mañana hay que madrugar y hay que sacudirse la pereza. Mañana el mundo espera afuera y hay que ganarle la partida. Lo disfrutaré en lo que pueda (o me deje).

Joder, son las doce y veinte, ha pasado mucho tiempo desde que comencé a escribir este post. Cosas de la pereza porque he estado a punto de decir eso de "mañana lo termino".


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Aprendizaje adolescente

En mis tiempos de adolescente inquieto, inocente y curioso (a partes más o menos iguales) mis padres veraneaban en un pueblo de la sierra de Madrid. Durante esos años, nada más terminar las clases y comenzar las anheladas vacaciones de verano, mi familia, yo incluído, se trasladaba al mencionado lugar.

Mis recuerdos de esa época se resumen en algo parecido al concepto de libertad. No había horarios, apenas obligaciones, la vestimenta habitual era el bañador, el tiempo era eterno y las ideas infinitas.

Allí probé mi primer cigarro, uno horriblemente amentolado que me produjo mareos y vomitonas; allí pillé mi primera borrachera, no recuerdo con qué diabólico mejunje; tuve mis primeras coversaciones serias, esas que solo se producen de noche con la complicidad que te provoca la camaradería y unas cuantas cervezas compartidas; allí descubrí la sensación tan especial de estar a solas con una chica y la no menos especial sensación de investigar un cuerpo ajeno a la vez que unas manos curiosas investigan el tuyo; allí creí entender el significado de algunas palabras importantes como amistad, amor, celos, ...; allí me inicié en idolatrar a alguno de mis conjuntos, que así se llamaban, favoritos; allí aprendí que el mundo era mucho más ancho de lo que yo pensaba; aprendí a aguantar el dolor y a provocarlo; aprendí a pelearme y a acariciar; allí comencé a intuir cómo funcionaba este invento llamado vida.

El frío de estos días me ha llevado a recordar aquellos cálidos veranos.