La segunda oportunidad

viernes, 31 de agosto de 2007

Todo se acaba

Todo se acaba. Mi madre bien que me lo advertía y una novia ya lejana en el tiempo decidió demostrármelo en la práctica. Todo se acaba y, de momento, se han acabado los viajes largos, las vacaciones, las rebajas y la libre disposición del tiempo. Todo pasa y todo queda.

La cotidianidad está a la vuelta de la esquina y en nada me reuniré con ella. Será un encuentro cordial, esperado y procesado, aunque un tanto empañado por los recuerdos veraniegos.

Como decía Roy Scheider en All That Jazz, "Comienza la función".

miércoles, 15 de agosto de 2007

Jordania




Érase una vez un país tolerante y pacífico, cargado de historia y de sol, de casas blancas, coronadas con brillantes depósitos y llamativas parabólicas, encaramadas en áridas y serpenteantes colinas, plagado de montañosos desiertos de colores, desiertos amarillos, negros y rojos, un país pobre, sin agua, sin recursos naturales, un país en el que de tarde en tarde aparece un llamativo e inusual color verde, un escualido rio o un precioso mar azul.

Un país tranquilo, poblado por personas orgullosas que transmiten una sensación calma y relajada, que gustan de la broma y que no escatiman sonrisas, que dan la sensación de vivir sin prisas, sin agobios, contentos con lo que tienen, no se ven caras tristes, parecen bastante felices y parecen buena gente.

Un país en el que confluyen y conviven todos los tiempos. Dromedarios y Mercedes, asnos y Toyotas, oriente y occidente, chilabas y minifaldas, jaimas y palacios, mujeres tapadas salvo los ojos y mujeres con minipantalones, monarquía todopoderosa y elecciones al parlamento y ayuntamientos, pasado y presente.

Un país con ciudades que no son bonitas, son feas, no tienen apenas monumentos ni recorridos turísticos, pero tienen vida, mucha vida, como gigantescos hormigueros repletos de seres moviéndose en todas las direcciones. Ciudades sempiternamente invadidas y destruídas, casi siempre por la mano del hombre y en ocasiones por los terremotos.

Un país amable, acogedor, que apuesta por el futuro sin olvidar el presente, buen vecino de sus vecinos y amigo de casi todos.

Un país árabe llamado Jordania, cinco millones de habitantes, tres de ellos viven en solo dos ciudades. Su territorio es desértico en un 60% y sólo el 20% está cultivado. Tiene 26 universidades, la mayoría públicas. Un sistema sanitario gratuito y suficiente. La religión es mayoritariamente musulmana aunque existen significativos colectivos cristianos en las ciudades bíblicas. Un buen país.