La segunda oportunidad

jueves, 18 de septiembre de 2008

Una historia lejana


Hace muchos años, tantos que Apesar aún no había nacido y yo estaba rondando la veintena, me enamoré perdidamente de una chica del grupo de amigos.

Era algo mayor que yo y muchísimo más madura. Aún la recuerdo con mucho cariño.

Como la vida tiene sus puntos, el día en que me atreví a confesarle lo que sentía por ella me informó, ciertamente con mucho tacto y cariño, que C -otro amigo del grupo- también le había pedido que saliera con él. ¡Joder, qué casualidad!. ¿No había más chicas en el grupo?. ¿No había más chicas en la vida?.

El caso es que A, la llamaremos así, no quería tomar una decisión, los dos le atraíamos, los dos éramos buenos amigos, tanto entre nosotros como de ella, y tenía miedo de que si se decidía por alguno el grupo se rompiera. Las cartas estaban sobre la mesa a falta de comprobar quién ganaba la partida.

Pasaron unas semanas y la situación se hacía cada vez más insostenible, la competencia había hecho entrada en el grupo y los sentimientos a los veinte años son muy difíciles de controlar. Así que pasó lo que tenía que pasar. Que A, por fin, tomó una decisión.

Quedamos una noche los dos solos, me tenía que comunicar su decisión. Me explicó muy cerebralmente los motivos de la decisión. Que si yo le gustaba muchísimo, que si conmigo se lo pasaba cojonudo, que si ... pero que yo estaba estudiando y que mis perspectivas de ingresar en el mundo laboral eran a medio plazo, que ella quería, necesitaba, formar una relación "más seria y estable". Que había decidido aceptar a mi rival, intentarlo con él.

Terminó de hablar, me miró a los ojos y casi sin darnos cuenta nos besamos con la pasión de quien sabe que esa será la última ocasión y con el ímpetu de ser aquella la primera vez. Me repetía insistentemente que mañana no existiría lo que esa noche estábamos haciendo, que la decisión estaba tomada. Yo asentía sinceramente mientras proseguían besos y caricias. Terminó la noche y acabo la magia. Fue una noche maravillosa.

El grupo se deshizo a los pocos días, ya no era un grupo, y cada uno inició su nuevo camino. Coincidimos en la calle un par de veces y ya no la he vuelto a ver más.

Hoy me he acordado de ella.


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Alucinando


"Agentes, es mi marido
y me pega si le da la gana"

(La Opinión de Murcia)


Apesar y yo estamos alucinando

martes, 9 de septiembre de 2008

Pequeñas batallas


Apesar está enfadado conmigo, me dice que apenas escribo, que está hasta las narices de tan penoso, por escaso, movimiento postero, que así no le promociono y que, a este paso, no va a tener con quien relacionarse en su blogosfera natal.

Le explico con paciencia, como se le explican ciertas cosas a un niño, que eso de escribir no es tan fácil como cree, que muchas veces faltan las ideas, que otras tantas lo que falta es la sabiduría y que -una excusa mínimamente plausible siempre viene bien como argumento- por si fuera poco tengo poco tiempo para escribir.

Apesar me mira como pensando que qué desastre de compañero de blogs le ha tocado en suerte, recriminándome la culpabilidad de su cada vez mayor aislamiento social. Yo le miro con cara de circunstancias a la vez que encojo los hombros. "Es lo que hay, si no estás a gusto, ya sabes lo que puedes hacer".

Consciente de su débil posición y, peor aún, sabedor de que no tiene manos para poder escribir él mismo el maldito post, cambia de actitud, pone ojillos entre picarones y llorosos, me hace carantoñas y sonríe hasta que consigue desarmarme. "Ya tienes el post escrito, estarás contento ¿no?". Bueno, "algo es algo", me dice el muy mamón, en el fondo bastante satisfecho de haber ganado la batalla.


martes, 2 de septiembre de 2008

Todo lo bueno se acaba


¡Uff!, que todo lo bueno se acaba es una de las pocas grandes verdades de esta vida.

Y tan verdad como ya se han acabado las vacaciones y como que hoy es mi segundo día de vuelta a los horarios, las obligaciones y los madrugones.

Ahora toca echar de menos esos días como se echaría de menos a ese amor de verano, corto pero intenso, apasionado pero con fecha de caducidad.

Todo se acaba pero, a la vez, todo comienza. Apesar y yo ya hemos terminado las vacaciones pero iniciamos un nuevo otoño. Así es la vida ¿no?

Nos alegramos de volver a encontraros ;)