La segunda oportunidad

sábado, 22 de agosto de 2009

El juego


En ese momento se acordó de aquella canción de Aute "...entonces te besé / aquella fue la primera vez / tus labios parecían de papel..."

Un tiempo atrás habían iniciado un juego que pensaban, o querían pensar, que podían controlar. Un juego plagado de guiños, pistas, complicidades, ironías, risas y dobles sentidos. Un juego bonito, interesante, motivador, sin apuestas. Así comenzó.

Como sucede con los buenos juegos, según se iban desarrollando las partidas aumentaba la adicción y comenzaban las apuestas. Con cada nueva partida el nivel se situaba más alto, eso sí, despacio, disfrutando del juego, mezclando realidad y fantasía, dejando que el juego se fuera adueñando de sus cotidianiedades.

En los juegos es consustancial su resolución, por mucho tiempo que duren siempre llega el momento de finalizar el juego, puedes ganar, puedes perder o, incluso, quedar en tablas pero antes o después acaban finalizando o entrando en una fase nueva.

Esa noche sus labios se unieron en un beso suave, cálido y tembloroso que terminó con dos cuerpos acurrucados, satisfechos, incrédulos y sonrientes. El juego había entrado en una nueva fase, no había duda.