La segunda oportunidad

miércoles, 27 de junio de 2007

Sin despedida


Una persona conocida se ha quitado la vida. Lo ha hecho sin estridencias, con delicadeza, intentando no hacer ruido. Lo ha hecho con plena consciencia, fríamente, con premeditación y alevosía. Lo tenía todo perfectamente planificado, día libre en el trabajo, citas inventadas para poder disponer sin injerencias del tiempo que le iba a hacer falta, los asuntos pendientes eficazmente resueltos.

Dicen los que le conocían que no existía indicio alguno que hiciera pensar en ese final, que nada apuntaba a tan fatal resolución, que son incapaces de entender.

En su pensada planificación debió decidir no dejar explicación alguna a su despedida, no dejar notas, cartas ni pistas que dieran luz a su actitud. Quizás eso ha sido lo peor, quedan mil preguntas en el aire que no encontrarán respuestas, mil angustias entre los suyos que tardarán en cerrarse, supongo que les queda un sentimiento extraño y terrible.

El único consuelo es pensar que cuando alguien se va es porque quiere irse.


19 lo comentaron, ¿te animas tú?:

. dijo...

Hay una única respuesta a todas las preguntas, sufría una fuerte depresión y los que dicen que la conocían, no sabían que realmente no la conocían.
El suicidio, es una práctica de desequilibrio mental, sea por lo que sea.
Hay que enfrentarse a las vicisitudes de la vida, que son muchas.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Bueno, regreso a esta querida bitácora tras varias semanas de trajines -no muy gratos, la verdad, relacionados con aquello que solía mencionarse como "asunto familiar muy grave", y añado que en efecto es grave, demasiado, y duele, porque siempre daña mucho ver sufrir a quien te ha parido -, y bueno, a lo que iba, esperando encontrar un ratejo de amena charla con nestro PesarDeLosPesares, encuentro este post tan... ¿deprimente?
Lo siento, de verdad. No sé si la persona en cuestión era muy allegada o de esas que se conocen de lejos. Pero asumir el suicidio de alguien, por lejano nos resulte, siempre significa hacer frente a una decepción personal muy turbadora: la evidencia de pertenecer a la única especie viva que es capaz de autoaniquilarse. Aunque claro, siempre se suicidan los demás. A nosotros nunca se nos va a pasar por la cabeza semejante disparate. Por eso sentimos tanto pavor a la palabra "depresión". Otras dolencias mentales son mucho más graves, enfermedades de verdad, mientras que la depresión ni siquiera es enfermedad, sino sencilla y rácana psicopatía. Pero mata. En nuestra civilización occidental, y en el entorno europeo, mata más que la guerra, el terrorismo o la carretera. No estoy exagerando. Son cifras concretas y contrastadas del informe de la OMS para 2005 en esta materia.
Está claro que los niveles de sufrimiento soportados por la culta ciudadanía de nuestro ámbito convivencial son exorbitantes, mucho más devastadores de lo que creemos, y afectan a mucha más gente de la que pensamos. Somos prósperos, opulentos en ocasiones, tenemos buenos empleos y satisfactorias maneras de ganarnos la vida, nos rodea un entorno de cierta autocomplacencia moral e intelectual, cultural por así decirlo; mantenemos en alza y a toda costa el estímulo de nuestra vida sentimental... pero no somos felices. Incluso, un porcentaje elevado de la población no sólo no es feliz sino que se siente tan desgraciado que, en ocasiones, recurre al acto final, lo definitivo.
En el caso que nos ocupa, cualquier experto en la matería haría la distinción: el suicidio con nota de despedida es un acto de desesperación absoluta; si no hay nota, manifiesta puro rencor, hacia la vida y hacia uno mismo. No merece la pena comerse la cabeza con hipótesis sobre el porqué de esa muerte concreta. Sufría. Tanto y con tan pocas esperanzas de mejorar la situación que decidió el adiós. No fue un acto de locura -eso es lo más inquietante de la inmensa mayoría de los suicidios -, sino de extrema lucidez, una realidad tan nítida, hiriente e inambígua, que lo condujo de la mano a abrir la última puerta.
En fin, que como decía Agapito de Alejandría. La conciencia humana es un lujo carísimo.
Abrazos y ánimos, Apesardeti.


PS./ Citas deprimentes quevienen al caso.

Nietszche: "Las naturalezas agotadas necesitan contínuos estímulos para sobrevivir".

Ciorán: "Los suicidas prefiguran los destinos remotos de la humanidad".

Baroja: "Había en él algo de precursor".

Más besos.

Cobre dijo...

Me suena lo q cuentas; hace unos años la amiga de una amiga mía hizo lo mismo q cuentas. Dia libre de curro, todo planeado para q no le surgiera nada y no quedara ningún hilo, ninguna nota.. y se suicidó. Una mujer con una "aparente" estabilidad en todos los aspectos de su vida. Nadie lo entendió.

No sabemos lo q pasa por la cabeza de estas personas cuando se deciden a hacerlo, no nos imaginamos lo mal q lo pueden estar pasando aunq no digan nada. Yo he intentando comprenderlo, no me resulta demasiado ajeno, pero hubo alguien q me dijo q esperaba q no pudiese entenderlo nunca pues en ese caso estaría perdida.
Imaginar lo mal q lo tiene q estar pasando alguien para recurrir a ello...; da igual q dejen un papel con alguna "explicación" o no, da igual q lo consigan o q al final se frustre.. el vacio y el nudo q queda dentro es.. es horrible.

Lo siento, Apesar.
Un abrazo.

Manuela Fernández dijo...

y cuánto cuesta perdonarle ¡¡¡¡ sólo se consigue pensando que su desequilibrio mental pudo más que su voluntad.

Mar dijo...

Lo siento por esa persona que no supo o no pudo vivir, y lo siento por todos los que quedaron aquí llorando su ausencia, pero si estaba en sus cabales (¿está en sus cabales una persona que se quita la vida?) fue su decisión y es muy respetable.
Un enorme abrazo

Manuel Márquez dijo...

Compa Apesar, sí que es ciertamente triste el episodio que reseñas, de ésos que te dejan con bastante poco que decir al respecto (más aún, si no tienes referencia alguna sobre la persona y su circunstancia; en cuanto a las reflexiones genéricas, creo que el postista anónimo las ha desarrollado con todo detalle y brillantez: felicidades...). Y, en lo que a tí te afecte, si es que así es sustancialmente, pues lo siento, y mucho ánimo.

Un abrazo.

Esther dijo...

Un abrazo.

pilar dijo...

Mi razón me dice que es así como dices: si uno se va así, es porque quiere irse, y eso es muy respetable.
Pero, emocionalmente es una bofetada grande a todos los que se quedan. Lo siento por ellos.

Besos, a pesar

Anónimo dijo...

Es terrible no haber encontrado otra "salida" que esa..
Ha de ser terrible convivir con esos mounstrosos desequilibrios mentales..

Fuerte tu tema, amigo.
Espero logren fortaleza; los que se quedan aun..sufriendo por su ausencia..

Saludos y besos amigo ****

e-catarsis dijo...

Tremendo...
Hace años en mi familia ocurrió un hecho así, uno de los hermanos de mi madre decidió saltar la valla y no esperar en la cola...no recuerdo muy bien los hechos, pero lo que sí recuerdo aún fue la reacción de su hija ( mi prima)...tremendamente enfadada con su padre por haberla dejado así...no entendía esa reacción, no recuerdo dolor sino ira...aunque supongo que habría de las dos cosas.
Supongo que es privilegio de cada cual decidir si se quiere seguir o no, no sé si es un sentimiento egoista tampoco sé si es cobarde o valiente, no tengo la menor idea de cuales saon las razones por las que uno decide pillarse un dos eterno, si es el momento más lúcido o el más enajenado...¿quien puede juzgar eso?...¿lo peor? las preguntas que se hacen los que se quedan...
...en fin apesar, una decisión tremenda...

Un beso

Apesardemi dijo...

El suicida era amigo de un amigo, no le conocía personalmente, solo por referencias de éste.

Lo que más me ha impresionado es la falta de respuestas. Los que le conocían no lo entienden, no encuentran respuestas al por qué. No existía depresión o desgracia visible. Como comenta el Postista, si existía una gran lucidez y una voluntad consciente. Dicen los que entienden que no se conoce qué sucede en el cerebro de un suicida.

maria josé dijo...

Qué triste, aunque quisiera irse.
Besos, A pesar...

Tanhäuser dijo...

Bufff, menudo tema hoy, amigo.
Supongo que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero no va mal pensar de vez en cuando que vivimos no sólo para nostros, que también lo hacemos por las personas que están a nuestro alrededor.
Un abrazo.

kamonbeibelaikmaifalle dijo...

No entiendo, como ante el sufrimiento,de los demás, se pueda hablar, de desequilibrio mental, "sencilla y rácana psicopatía" y alguna que otra lindeza que he leido por casualidad, y que me han sorprendido mucho y poco gratamente por cierto ¡¡Denotan tanta incomprensión!!
Quizás sea una de las cosas, que le hayan podido influir para marcharse(no sentirse querido ni comprendido) Que descanse en paz.

Pd: No me he presentado, perdonad, pero hay cosas que no se deben tratar tan a la ligera..espero que nadie se moleste. Lo siento apesar..

Corpi dijo...

Yo también viví una vez un caso parecido de suicidio en una persona estimada. Todo un drama, aunque esta persona estaba enferma. Un abrazo

Rosenrod dijo...

Qué tremendo y qué duro... ¿Cómo puede llegar a ser tan insoportable vivir, hasta tal punto de planificar fríamente la muerte...?

Me sobrecoge, porque en el fondo nos interroga a nosotros mismos... y no tenemos respuesta.

Un saludo!

Tanhäuser dijo...

Querido a migo, acabo de declarar a "La segunda oportunidad" como uno de los blogs que em hacen pensar más.
Un abrazo.

Apesardemi dijo...

Mª José, claro que es triste, pero fundamentalmente para los que se quedan.

Tan, efectivamente. Si has decidido irte te vas a ir, el problema es para los que quedan ¿cómo procesará el suicida esa cuestión?. Parece claro que le pesa más su ida que la situación de los que quedan.

Kamombeibe, bienvenida/o y que sepas que me encanta tu nick. No pretendemos presentar las cosas a la ligera. Es una pequeña reflexión construida por personas que aportan sus puntos de vista. Creo que nadie pretende ofender a nadie ni frivolizar sobre está cuestión.

Corpi, se desconoce casi todo de este tema.

Rosenrod, bienvenido/a. Es muy duro y más aún la falta de respuestas.

Tan, me abrumas compañero ;)

Yo dijo...

"Lo ha hecho sin estridencias, con delicadeza, intentando no hacer ruido."

Porque quería irse de verdad.

No creo en los que amenazan cada dos por tres con suicidarse. Esos no quieren morir en realidad, sólo quieren llamar la atención.

Es una pena realmente que no haya sabido afrontar la vida y haya decidido terminar de esta manera.
Y sí, yo también creo que debía sufrir una fuerte depresión. Nadie decide acabar con su vida si está bien, por problemas que haya siempre se encuentran salidas. Lástima que los que estaban cerca de él no percibieran nada.

Saludos